El proyecto CREA, impulsado por Unicaja en alianza con el  Growth Lab de la Universidad de Harvard, Oliver Wyman y la Junta de Andalucía, es una colaboración pionera en Europa que tiene como objetivo diseñar una hoja de ruta que permita a Andalucía crecer de forma sostenible, aprovechando los activos únicos que tiene la región. 

Para ello, se han ido realizando investigaciones y análisis independientes, involucrando a más de 60 empresas de Andalucía. Estos análisis han derivado en el segundo de los dos informes elaborados por Oliver Wyman, ¿Cómo Andalucía puede crecer de forma sostenible?, que identifica las barreras y los sectores con potencial de crecimiento, definiendo una serie de recomendaciones de políticas públicas para cada una de las problemáticas identificadas.

Barreras al crecimiento sostenible y cómo enfrentarlas 

Andalucía se encuentra en una posición privilegiada para desplegar un crecimiento sostenible en los próximos años, con fortalezas que incluyen su ubicación estratégica, abundantes recursos naturales, un clima favorable, y una sociedad cohesionada con un rico patrimonio cultural. A pesar de estas ventajas competitivas, la región enfrenta diversos desafíos que actualmente están ralentizando su capacidad para alcanzar su pleno potencial de crecimiento: el capital humano, físico y financiero, la potencial falta de recursos hídricos, y la burocracia y complejidad administrativa. 

Para cada uno de ellos, se plantea una serie de políticas a seguir.

Capital humano

Una de las principales barreras al crecimiento en Andalucía es el capital humano, el cual se ve afectado por la baja incentivación del trabajo menos cualificado y un desajuste entre la formación educativa y las demandas del mercado laboral. Para mitigarlo, se sugiere establecer programas de formación y capacitación que alineen las competencias de la fuerza laboral con las necesidades del mercado, además de implementar políticas que fomenten la retención del talento.

Capital físico

El capital físico en Andalucía representa otro desafío importante debido a la limitada conectividad ferroviaria, un potencial déficit en la infraestructura eléctrica, la escasez de oferta de la vivienda debido al aumento de precios, y un potencial portuario subutilizado. Para abordar estas deficiencias, es fundamental que las administraciones públicas con competencias en estas áreas regulen el mercado, y que se ofrezcan incentivos para aumentar la oferta de vivienda.

Capital financiero

El acceso al capital financiero no es un problema generalizado de Andalucía, si no de las PYMES, quienes enfrentan dificultades para acceder a recursos y formación que les permitan financiar su transformación hacia modelos de negocio más digitales y sostenibles. Para solucionar esto, se proponen la creación de fondos de inversión público-privados y el uso de titulizaciones sintéticas con garantía gubernamental para facilitar el acceso a capital, así como el apoyo financiero público para impulsar la innovación.

recursos hídricos

La gestión del agua enfrenta desafíos significativos: la ineficiencia en su distribución puede impactar el potencial de sectores clave como la agricultura y la energía. Es esencial desarrollar un plan integral de gestión del agua, así como fomentar la cooperación entre los diferentes actores para garantizar una gestión eficiente.

Burocracia y complejidad administrativa

La burocracia y la complejidad administrativa son factores que desincentivan la inversión y obstaculizan la creación de nuevas empresas. Para abordar esta problemática, se recomienda la simplificación de los procedimientos administrativos mediante la digitalización y el fomento de ventanillas únicas para emprendedores, así como el establecimiento de mecanismos de coordinación que agilicen la toma de decisiones.

Sectores clave para impulsar el crecimiento

A pesar de estos retos, Andalucía tiene ventajas competitivas en seis áreas de potencial crecimiento. Por un lado, aquellos sectores emergentes que requieren ser potenciados por su oportunidad para diversificar la economía y generar empleo de alta cualificación; y, por otro lado, aquellos sectores consolidados que deben ser impulsados de manera innovadora para que se adapten a las nuevas demandas del mercado, aprovechando las tendencias hacia la sostenibilidad y la digitalización.

El crecimiento verde y las energías renovables constituyen una palanca fundamental para el impulso económico y ambiental de Andalucía. La transición hacia un modelo sostenible no solo promueve la inversión en energías limpias, aprovechando los recursos solares y eólicos, sino que también revitaliza la industria y el sector minero, creando empleos de alta cualificación y fortaleciendo la economía regional frente a desafíos globales.

Además, la digitalización y la adopción de nuevas tecnologías son esenciales para aumentar la competitividad de la economía andaluza. La colaboración entre empresas y universidades facilitará la innovación y la formación de talento, impulsando sectores como la agricultura, la industria y el turismo. En particular, el sector aeroespacial y de defensa, con más de 150 empresas en la región, tiene un gran potencial para atraer inversiones y desarrollar nuevas tecnologías que beneficiarán a toda la economía regional.

Por otro lado, es fundamental impulsar de manera innovadora los sectores consolidados. En este sentido, la industria manufacturera ofrece una oportunidad clave para diversificar la economía y mejorar su competitividad, abarcando sectores como la metalurgia, la producción de maquinaria, y productos químicos. A pesar de los desafíos, como la dependencia de los precios de la energía, el potencial de este sector puede ser maximizado mediante la adopción de tecnologías avanzadas y la creación de clústeres en áreas estratégicas.

El turismo de valor añadido, que respete el medio ambiente y beneficie a las comunidades locales, también representa una oportunidad clave para diversificar la oferta turística y mejorar la integración de las comunidades en el desarrollo económico. Andalucía cuenta con un patrimonio cultural, histórico y natural excepcional que puede ser explotado mediante nuevas tecnologías y una mejora en la calidad del empleo. Asimismo, la promoción de la marca "Andalucía" y su denominación de origen en el ámbito agrícola puede atraer nuevos mercados e inversiones. Este enfoque no solo fomentará el desarrollo rural, sino que también contribuirá a la creación de empleo, posicionando a Andalucía como un referente en producción sostenible y de alta calidad, lo que es esencial para la competitividad en el mercado europeo.